El uso de zapatos con tacón, el embarazo, estar todo el día sentado, un viaje en avión de muchas horas, problemas circulatorios o edemas… Muchas son las causas de los pies inflamados. Si quieres revertir esta situación, lee este artículo donde hallarás los mejores remedios caseros para pies hinchados.
Lo que debes saber sobre los pies hinchados
Es algo bastante habitual, sobre todo en las mujeres. Esta condición es llamada edema periférico o bien retención de líquidos, los cuales se concentran en las extremidades, fundamentalmente en los tobillos y pies (empeines). Es un síntoma habitual del embarazo, por ejemplo, pero también de una alimentación repleta de sal o grasas, un calzado inapropiado o el tipo de trabajo que se realice.
Los pies y los tobillos se hinchan por diversas causas. Además de las ya indicadas antes, entre otras, puede deberse a:
- El sedentarismo
- El exceso de peso
- Los cambios hormonales durante el ciclo menstrual
- La menopausia las enfermedades cardíacas
- La insuficiencia renal
- Los problemas hepáticos
¿Cómo desinflamar los pies hinchados?
Gracias a las siguientes técnicas puedes aliviar los síntomas de los pies hinchados. Presta atención y ponlos en práctica lo antes posible:
Masajes
Nos pueden ayudar a reactivar la circulación, una de las causas de los pies inflamados. Antes de comenzar, sumerge los pies en un cubo con agua tibia con esencias, por ejemplo, o con algunas hierbas (las mismas que usas para preparar infusiones). Una vez que estén limpios, seca con una toalla. Aplica unas gotas de aceite esencial (por ejemplo, salvia, lavanda o romero) o, si no tienes disponible, usa aceite de oliva o de almendras. Si no tienes o no te gustan los aceites en la piel, haz una infusión con flores de manzanilla, deja entibiar, cuela y, antes de que se enfríe, usa como lubricante para tus masajes.
Empieza a masajear con cuidado los pies en su totalidad, comenzando por los tobillos y bajando hasta los dedos. Mientras tanto, puedes hacer movimientos circulares con los tobillos, por ejemplo, o mover los dedos para arriba y para abajo. Puedes empezar debajo de las rodillas para un efecto relajante superior.
Otra opción de masaje es: de pie o sentado, descalzo o con calcetines, colocar una pelota de tenis debajo de tu pie, en el arco. Masajea moviendo la pelota de atrás hacia adelante, en círculos, etc. La idea es que ejerzas cierta presión, sin llegar a doler, pero sí lo suficiente como para que se active la circulación de la sangre. Antes de pasar al otro pie, compara las sensaciones entre ambos y te darás cuenta del bien que le ha hecho esta técnica.
Inmersión
Al sumergir los pies en agua con algún otro elemento, automáticamente se empezarán a deshinchar. Algunos ejemplos te los hemos ofrecido con el remedio anterior. También tienes otras alternativas como ser la sal gruesa (la que usas para cocinar) disuelta con agua tibia. Deja sumergidos los pies durante 30 minutos aproximadamente. La harina de avena es otra buena opción porque, además de reducir la hinchazón, sirve para quitar impurezas de la piel.
La salvia es otro ingrediente que puedes añadir al agua en el que sumergirás los pies. Te sirve para combatir la retención de líquidos. Prepara una infusión de un puñado de salvia por cada taza de agua y, cuando esté tibia, que no queme, vierte en un cubo y luego introduce los pies hasta que el agua se enfríe.
Diuréticos
Siempre recomendamos los que son naturales. Existen infusiones y frutas que tienen propiedades diuréticas que te ayudan a eliminar los líquidos que se acumulan en tus piernas, tobillos y pies. Favorecen a su vez la micción (ir al baño a orinar) y, además, son deliciosos. Algunos de los que tienes a disposición son la piña, las fresas y el tamarindo. No dudes en consumirlas como postre o crudas en cualquier momento del día.
Entre las infusiones con propiedades diuréticas se destacan la cola de caballo y la flor de hibiscus. Es preciso tener respeto a estas hierbas y solo consumir las dosis indicadas. Una cucharada de la planta (seca o no) por cada taza de agua hirviendo. No bebas más de tres tazas diarias.
Frío
Aplicar frío es muy bueno para reducir la inflamación en cualquier parte del cuerpo. Por ello cuando te golpeas te colocas hielo, por ejemplo. Para los pies hinchados ocurre lo mismo. Los cubitos de hielo te ayudan a que tus pies “vuelvan a la normalidad”. Solo tienes que colocar algunos en un trapo o paño y aplicar en la zona. Nunca directamente sobre la piel, porque puedes quemarte.
Elevación
Cuando llegas a tu casa luego de estar todo el día en la oficina, soportando los tacones y la postura frente al ordenador, lo primero que tienes que hacer es despojarte del calzado (¿existe algo más bonito que eso?) y, luego, poner las piernas elevadas en algún sitio. Por ejemplo, si te sientas en el sofá, pon unos cojines y apoya los talones en ellos. Si estás acostado puedes también apoyar los pies contra la pared. Si te animas, haz la llamada “postura de la vela”. ¿Cómo se hace? Te acuestas en una colchoneta y colocas los brazos a los costados del cuerpo. Elevas las piernas hacia el cielo y con el envión también levantas el torso. Quedarás apoyada únicamente con los hombros y la cabeza.¡Trata de mantener el equilibrio!
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